Es fundamental comprender que las pataletas son una parte normal y saludable de su crecimiento. Son la manera en que expresan sus malestares y necesidades. Acompañar a tu hijo o hija durante estas situaciones es esencial.
En lugar de insistir en que se calmen de inmediato, debemos entender que en ese momento, su capacidad de razonar está limitada. Necesitan expresar sus emociones y requieren que los acompañemos en este proceso.
Crear un espacio tranquilo en el hogar o la escuela donde puedan encontrar calma es importante. Cada vez que se desate una pataleta, llevar al niño a ese lugar para que se sienta seguro. En entornos públicos, buscar un espacio tranquilo donde se sientan acompañados por ti es recomendable. Estas pataletas suelen ser más comunes en niños de hasta 4 o 5 años, dependiendo de su temperamento.
Entonces, ¿qué hacer?
- Mantén la calma. Tomar un respiro profundo o contar hasta 10 antes de abordar al niño te ayudará a controlar su emoción.
- Investiga el desencadenante. Poner en palabras lo que causó la pataleta, como “Te enojaste porque no querías ponerte el chaleco”, ayuda al niño a comprender sus propias emociones.
- Valida la emoción. Ayuda al niño a comprender lo que está sintiendo al decir algo como “Entiendo que no querías ponerte el chaleco porque estabas disfrutando jugando, pero hace frío y no quiero que te enfermes”.
- Distrae e involucra. Ofrecer opciones y decisiones, como “¿Qué chaleco prefieres, este (Alternativa 1) o este (Alternativa 2)?”, puede ayudar a redirigir su atención.
Evita:
- El uso del “tiempo fuera”. En lugar de mandar al niño a un lugar aislado hasta que se calme, ayúdalo a regular sus emociones.
- Explicaciones largas y regaños. Durante las pataletas, el diálogo es difícil. Espera a que el niño esté más tranquilo para hablar sobre lo sucedido.
Comprender y gestionar las pataletas de tu hijo de manera compasiva contribuirá significativamente a su desarrollo emocional saludable.
